ATRACO
La calle era tan larga y tan oscura;
los suyos la esperaban con la cena caliente.
Un muchacho de apenas quince años,
una navaja,
el hielo en la garganta.
Cayeron en la huída
las gafas, un pañuelo, objetos personales.
De cuarto en cuarto, sólo
las
campanadas se oyen de los fríos relojes.
Habita ya el pasado. El silencio se espesa:
la luna
llena su última mirada.
Pura López, del libro Versos de asfalto,
Editorial Devenir, Madrid, 1996
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